jueves, 31 de enero de 2008

EL SOMBRERO DE PAJA TOQUILLA
Desde el siglo XVII, hay indicios documentales que hacen referencia a "las tocas" (diminutivo, 'toquilla') que los indígenas tejían en las zonas de Jipijapa y Montecristi. La materia prima para esta antigua artesanía autóctona provenía de una variedad de palma tropical; la cual se daba, exclusivamente, en los suelos o áreas ecológicas concretas de las actuales provincias de Manabí y Guayas: Manglaralto, Juján. De esta manera, la elaboración de tocas, toquillas y sombreros -con los largos filamentos de las hojas de esta palma nativa- se remonta, por lo menos, a comienzos de la época colonial.
Con la "paja de palma" (llamada así en honor de los soberanos españoles reinantes Carlos IV y María Luisa de Parma "Carludovica Palmata" en el s.XIX), procedente de la Costa, se tiene noticia de que -en los años ochocientos veinte- se tejía ya unos pocos miles de sombreros, tanto en Cuenca como en Azogues. Pero, fue el año de 1845, cuando Bartolomé Serrano (entonces la primera autoridad de Azogues), trajo a maestros de Jipijapa, entregó la paja y también la "horma"; y así se dió comienzo a un más adecuado aprendizaje por parte de algunos ciudadanos. La tradicional habilidad cañari produjo, pronto sombreros de gran calidad; además de que la nueva manufactura se difundió, rápidamente, en los pueblos cercanos a Azogues como Déleg, Cañar, Biblián. Igualmente el año de 1845, en cumplimiento de una ordenanza del Cabildo, del año anterior, se estableció en Cuenca -en el barrio del Chorro- una "Escuela" para la enseñanza del tejido y acabado del sombrero.

Para los años 1850-1870, la artesanía del tejido del sombrero se iba convirtiendo, gradulamente, en masiva. Los emprendedores comerciantes cuencanos los vendían en Azuay y Cañar; y también lo llevaban -por la ruta del Cajas- primero hasta Guayaquil, y desde allí, por vía marítima, hasta Panamá.

Los campesinos, incluyendo los indígenas, constituyen gran parte de la mano de obra de la artesanía del sombrero. Un buen número de trabajadores del área rural, no hacen de esta industria la única fuente de sus ingresos, que por cierto son pequeños. Especialmente las mujeres del campo, tejen sombreros en los momentos perdidos, o de descanso; cuando han concluido sus labores agrícolas, en su minifundio, o en las haciendas.

Trabajadores o artesanos: El trabajador/a compra la paja a las "pajeras" -o bien recibe de intermediarios- la materia prima debidamente preparada. Intermediarios para la recolección: Luego de los fundamentales productores del sombrero (o sea de los artesanos), nos correponde hacer referencia aquí, en primer lugar, a "los revendones, conocidos también en el romance popular con el nombre pintoresco de 'perros'... que recorren las poblaciones y los campos, de casa en casa, en busca de sombreros". Estos "revendones", son verdaderos sabuesos que olfatean en donde existe una necesidad apremiante.


También estan "los comisionistas", quienes son propiamente los agentes encargados para la compra de la mercancía por la Casa Exportadora. Estos agentes recolectores del sombrero, tienen cada uno sus 'perros propios', con quienes negocian exclusivamente. Los comisionistas ganan, lógicamente su porcentaje; y hacen, algunas veces, entregas de la artesanía blanca a varios exportadores.

Terminado del sombrero, hasta la exportacxión: Conviene especificar que las artesanas/os realizan la "clase" y la "medida" de los sombreros ordenados por la casa exportadora; especificaciones que les son dadas, por intermedio de perros y comisionistas. Los exportadores ordenan a un numeroso grupo de trabajadores para que efectúen el "azoque". Trabajo este necesario por cuanto el sombrero comprado por el tejedor no se entrega completamente acabado. El "azoque" consiste en apretar los remates o cabos del sombrero en forma tal que este remate no se abra y ofrezca un máximo de seguridad.

Luego del trabajo de los "azocadores", el próximo paso del terminado, corresponde a los "compositores". Su misión es lavar, planchar, hormar y macetear los sombreros, de acuerdo casi siempre con las órdenes recibidas de los importadores de New York. La "compostura" se realiza, sea en obrajes centralizados de propiedad de las Casas Exportadoras, o bien en pequeños talleres de trabajadores libres.

Los pasos finales para dejar el sombrero listo para la exportación son:

Clasificación: Consiste en aparar los sombreros de acuerdo con su nomenclatura y clase. Generalmente se clasifican desde el tipo cero hasta el veinte dividiéndolos en dos grandes grupos: los brisas y los cuencas.

Medida y Graduación: Para esto anticipadamente las Casas de Exportadoras ordenan a los tejedores por medio de los comisionistas y perros, las medidas según las cuales han de tejer los sombreros. La Medida es la confrontación de todos estos datos.

Empaque: Para su largo y escabroso transporte, primero pasa a Guayaquil por el camino del Cajas; y luego, vía marítima, a diferentes países del mundo.

La elaboración, la industrialización y la comercialización de este producto también han logrado ubicar a Cuenca del Ecuador en el mapa mundial de los países que producen artículos únicos.

(Cuenca Patrimonio Mundial; Rodrigo López Monsalve)

miércoles, 30 de enero de 2008

CHOLA CUENCANA
Cholo, en el Ecuador designa al mestizo, que en el Azuay es grupo mayoritario. Vistoso es el atuendo femenino de fiesta polleras, blusa bordada, paño, con fleco anudado, sombrero de paja, y grandes aretes (candangas).

La Chola Cuencana es el producto del mestizaje indígena- español. Viste con prendas tradicionales de llamativos colores.

VESTIMENTA CULTURAL.- Los orígenes de los atuendos de la chola cuencana se remontan a la segunda mitad del siglo XVII, siendo usados tanto en las regiones rurales como urbanas. Se caracterizan por ser elaborados en tonos vivos y paños hechos con técnicas ikat, así como bordados a mano.Las cholas cuencanas suelen usar vestidos similares tanto para ceremonias elegantes como para eventos de la vida cotidiana pero la gran diferencia radica en la calidad de las telas y los adornos.Los bordados presentan una variedad de motivos, entre los que se destacan las flores en forma de guirnaldas a veces con lentejuelas.Una vez más, como todo en la vida, vemos que la moda es cíclica, y más si hace parte de una cultura viva.

La ancha pollera, tiene prensas en la cintura para sujetarse y vistosos bordados hechos a mano en su extremo inferior. También utilizan una pollera de menor peso en su interior.La blusa, de color entero generalmente blanca, está adornada de encajes y bordados. Como signo de elegancia en algunas circunstancias llevan puestas el denominado paño de Gualaceo.Cabe destacar que el atuendo se complementa con un sombrero de paja tejido a mano zapatillas denominadas alpargatas, poco usados en la actualidad.







CONCLUSIÓN

El mantenimiento de las tradiciones, las culturas, costumbres de un pueblo, es algo que se construye día a día y que no se debe dejar morir con el tiempo. En Cuenca se mantiene una gran cantidad de fiestas populares que son la demostración de la supervivencia de algunos rasgos culturales a través de nuestro folklore. Estas fiestas se han constituido en verdaderos actos de atracción que permite atraer la presencia del turista en la ciudad y sus alrededores. Es por ello que esto hay que conservar y enseñar a las futuras generaciones, el valor que tiene neustra identidad y lo que nos caracteriza del resto.